viernes, 21 de mayo de 2010


Priamo



Buenos dias, oh rey
te levantaste de tu lecho moribundo
has visto tu ciudad devastada
tus hombres asesinados
tus mujeres violadas llorando en los rincones
tus niños con las tripas hacia afuera
y la mirada vacia de la troya ardiente y saqueada.

Ya el enemigo se ha ido.
¿Que queda ya de la imponente Ilion?
¿Donde fluiran ya sus inmaculadas fuentes, teñidas ya del purpura de cerbero y del tinte del aqueron coagulado?
¿Que de la gloria de los jovenes atletas, todos guiados por hector y premiados por helena?

Los viejos ojos del rey
solo vislumbran la matanza
ya el corazon no queda mas en su pecho
el mismo sabe, se dirigira pronto
a su encuentro con Hades y Persefone.

Y aun asi no hay pesar
no pesan sombras negras tras la vision
el rey sigue firme y plantado como una roca
sabe que ni lo dioses pueden detener la mano del destino
y sabe que invariable es
y la conviccion certera ya esta puesta
en la redencion de su pueblo
y la gloria poderosa de los tirios
por los siglos imperedederos
por los siglos de los siglos.

domingo, 25 de octubre de 2009

Cuarta Parte.

Despues de despedir a los demas almirantes, el admirable Rodriguez volvia a sumirse en las oscuras divagaciones de sus pensamientos infinitos mientras acariciaba a kiba, un pequeño siames de ojos azules cual turquesas labradas de las minas de aulmar. Su suave pelaje y contorsiones hedonistas, transmitian calor y un sentido de cariño al viejo comandante. Pocas cosas habia tenido este ultimo tambien, para amar o acariciar desde hacia ya mucho. Evitaba entonces pensar en la oscuridad de sus divagaciones y pensamientos. Pero estos seguian latiendo lentamente en sus sienes, acortando el espacio entre la nada y su vacio interior.

- Admirable Rodriguez -dijo un joven oficial a cargo. - Nuestros sistemas de camuflage funcionan al cien por ciento y nuestras estaciones de batalla estan ya listas. ¿Desa Ud. que pongamos puente a las mismas, para poder acoplar el "arma" rapidamente, en caso la necesitemos?.

Rodriguez escucho lentamente mientras jugaba con el collarin de su gato. Este ultimo, metia suavemente la cabeza, quizas tratando de que no le dieran cosquillas y dando algunos suaves toquecitos con sus zarpas, de tanto en tanto. Definitivamente, su esposa amaba a los felinos. En especial, por el toque elegante que le daba en su estilo, poniendole un collar de doce diferentes piedras preciosas... que salieron del bolsillo de Su excelencia, el Duque de monteril, de la suprema casta de los Rodriguez, a quienes el emperador daba el trato de primos. Con todo, el jamas se incomodo de complacerla. En sus viajes, en sus paseos, inclusive cuando fue a vacacionar a Merab, mundo paradisiaco que se convirtiera en su tumba. Recordo que justo antes de que partiera con el Imperial, ella le encargo a kiba, diciendole que le daria suerte y que lo traeria a casa... Y ahora... cuanto hubiera dado el, para que no solo fuera cierta dicha frase, sino que ella se hubiese quedado con el gato... pero ya no importaba... ya no importaba...

- Proceda capitan. Quiero tener las estaciones listas y en linea. - respondio el admirable. - Pero solo con el noventa por ciento de la capacidad. El resto... - pauso un momento, mientras una sombra de muerte pasaba por su frente. - Ya sabe que a mi no me gustan los prisioneros, que dicho sea de paso, no los necesitamos.

- Con gusto se hara excelencia. -respondio el oficial, mientras salia a cumplir con la orden dada.

Sabia el portentado naval, que no era muy saludable (en especial tras su ultima declaracion) quedarse solo en el puente, en donde a ciencia cierta le asaltarian aquellos tristes recuerdos. Despues de tomar una copa de martini dalakiano y estirarse un poco, salio al encuentro de su propia nave. Y mientras paseaba en los pasillos oscuros y frios de tetrica sinfonia asesina, tomabase lugares de detencion para observar el febril trabajo, el buen resultado del magnifico plan bien organizado... y en fin, lo que mas de cinco mil almas hacian en los recovecos de la nave mas importante de la flota y mas temida de la galaxia. Observo levemente los barracones de asalto... aquellas construcciones cuadradas, en las cuales dormitaban los clones de asalto interplanetario.

Lamentaba en aquel momento el uso masivo de clones en asuntos militares. Antiguamente, los hombres y las mujeres se formaban en el ejercito y solo despues de ello, el Emperador les expediria el permiso del servicio imperial. Y solo con el permiso del servicio imperial, podrian aquellos entes ser personas de derecho.

Sin embargo, tenia que hacer de tripas corazon y aceptar las cosas como vinieran. Despues de todo, el no era mas que un peon mas del enorme tablero de maniobras estrategicas del Imperio. Maniobras que (al menos segun el pensaba) serian para el bien comun y traerian el bienestar de todos en determinado momento. Despues de todo, sabia que no podia el cuestionar las decisiones del Emperador Marcus... o quizas si podia, si queria... como serian de hirvientes dichos pensamientos, que horadaban en la limpida conciencia de aquel, que a pesar de las condecoraciones, de los titulos y demas... seguia siendo en el fondo aquel humilde marino...

Aquel marino, al que no le importaba meterse en por las turbinas, no tan solo a gritar como acostumbraban los oficiales al mando, sino que con camisa remangada habia llegado a veces a auxiliar con el mismo punche con varias de las tareas mas pesadas de la marinada. No habia sucedido pocas veces, que algun oficialucho por alli, en especial alguno de los novatos, se llevaba el susto de su vida despues de descubrir que no habia maltratado a cualquier simple marinero, sino al capitan de la nave. Usualmente, el admirable pasaba por alto el incidente y despues de una reprimenda leve, dejaba ir al susodicho oficial en paz y orinamiento. Solo recordo un par de veces en las que el asunto llego a mayores, y tuvo que hacer un uso mas bien estricto de su autoridad para castigar al insubordinado que se atreviese a cuestionar las razones por las cuales estaba en aquella seccion y no en el puente. Como si fueran ellos a decirle en donde deberia estar el, siendo admirable de la Flota y en su propia nave!!!

Y mientras aquellos pensamientos corrian en su mente, un paso apresurado en la penumbra se acerco a su presencia, deteniendose subitamente con el saludo del Imperio en su pecho y frente a su persona.

- Admirable, le hemos estado buscando - dijo un joven oficial pelirrojo y de ojos claros. - Acabamos de localizar a la flota rebelde a 1500 UA´s de distancia, parece que atacaran mundo Nebo señor.
- Y han detectado ellos nuestra presencia? -respondio el Duque. - Parece que no señor. - replico el oficial. - Aunque... la imagen del escaneador nos muestra que son muchos menos de lo que inteligencia dijo que eran. No quisiera pensar que...
- Que esten utilizando tecnologia de camuflaje? - interrumpio Rodriguez. - No sea ingenuo teniente (lo supo despues de dar una ojeada a sus insignias), sabe ud. perfectamente que para dar energia a las pantallas de invisibilidad, se tiene que disminuir en gran manera la energia utilizada por los reactores de propulsion. Y bien se puede ver que con el adelanto que tienen, que NECESARIAMENTE han tenido que utilizar los motores a su maxima capacidad... No, no es posible teniente...
- Comprendo Admirable... pero aun con todo, no puedo evitar sorprenderme ante tan grueso error de inteligencia... con solo decirle que inteligencia estimaba la fuerza enemiga en 1500 cruceros y 300 portadores, y el escaneador nos muestra solo la tercera parte. Eso significa solamente 500 cruceros y 1 millon de cazas como maximo! No se como tomarlo...
- Tiene razon teniente, a mi tambien me huele muy raro - contesto el Admirable, algo pensativo. - Por lo general, Inteligencia subestima a los rebeldes y eso nos ha puesto mas de una vez en problemas algo mas que serios. Pero enviar el Imperial a un mundo central y poco amenazado, y en especial para enfrentarse a algo tan pequeño... Si teniente, quizas tenga ud algo de razon...
- Entonces, que haremos excelencia?.
- Digale al resto de la flota que alisten armas, pero que no suelten el camuflaje. Que se coloquen en posicion, entre los rebeldes y el planeta... pero el Imperial se quedara orbitando, amen de unos 50 portadores y 100 cruceros... no quiero sorpresas desagradables. Pero tampoco quiero que sean mas de los que he dicho, o podria salir mal lo que estoy pensando.
- Pero excelencia, cree ud. que....
- Lo sospecho teniente... y que se apuren en cargar el arma de singularidad. Si las cosas resultan como me las estoy imaginando, los escudos del Imperial podrian soportar un castigo mas duro de lo habitual... y no quisiera arriesgar la nave.
- Entendido excelencia, con su permiso ire a cumplir la orden.
- No espereme... acompañeme hasta el puente de mando. De alli ira ud a cumplir la orden.
- Asi se hara.

La caminata fue rapida y fria. La turbia sombra de los posibles acontecimientos, ensombrecia el ceño del Duque, mientras este dibujaba mentalmente las posibles tacticas enemigas. Ciertamente, la decision de mandar a mas del 90% de la flota a enfrentar a mas o menos un tercio de lo calculado iba a ser una tarea muy facil para ellos... sin embargo, iba a ser algo mas arriesgado tener que combatir con el 10% de la misma a los dos tercios del enemigo. Positivamente, la victoria en tal caso estaria en vaporizar a las nubes de cazas con algunos tiros de singularidad, que de paso se llevaria a algunos cuantos cruceros que se adelantaran demasiado. De alli, los portadores y sus cazas harian el resto del trabajo sucio, mientras los cruceros les protegiesen.

Pero aun asi... bastaba un pequeño error, un ligero error de tiro, o que algunos cazas logren colarse a la barrera de cruceros para que los porteadores se convirtieran en poco mas que tiro al blanco. Y eso garantizaria bajas muy serias para el resto de la flota, o hasta poner al Imperial en una situacion bastante complicada.

Y todos estos pensamientos bullian en su mente, mientras daba los ultimos toques en el puente de mando. Ya la flota habia sido despachada, y tal como habia imaginado fue una tarea demasiado facil para ellos. Pero en ese momento, el escaneador se activo para mostrar lo que en el fondo no queria ver...

- Naves rebeldes frente a nosotros excelencia! - exclamo una oficial.
- A que distancia? y cuantos son? - pregunto Rodriguez.
- A 10 UA´s de distancia, señor y acercandose. El escaneo muestra ... o Dios mio, 1100 cruceros y 300 portadores !- respondio el encargado del escaner.
- Admirable, los portadores estan soltando los cazas y estos se forman en pared - dijo la oficial al mando
- Perfecto... -respondio el Duque. - Que lancen a nuestros cazas en formacion defensiva en frente de la flota, que avancen media UA junto a los cruceros y que descubran el camuflaje de todos menos del Imperial.
- Si señor.

Rodriguez penso un poco antes de decidir lo siguiente... tras una corta inspiracion y una tambien breve espera, se decidio a dar otras ordenes.

- Que traigan el control del arma.

La orden se cumplio en silencio. Frente a su asiento se materializaron una pequeña pantalla de aire y un mando de tiro. En dicha imagen podian verse los cazas, cual mosquitos infinitos, o cual lobos hambrientos que corrian tras la presa, o cual valquirias sedientas de sangre en la luna llena. Subitamente un pensamiento le cruzo la mente, como el rayo que cruza la atmosfera el encuentro del arbol a quemar. ¿Cual seria la sorpresa de los pilotos de los cazas al saber, tal vez demasiado tarde que de nada les serviria su numero cuando murieran en masas ingentes, producto de la singularidad? ¿Cuales serian las expresiones en los rostros, al encontrarse con la sorpresa de la muerte inminente? ¿Los cegaria acaso el resplando violeta, que como nova ardiente que arrasaba con todo a su paso? (en realidad el cañon de singularidad producia precisamente una minisupernova).

¿Y cual seria la sorpresa de los almirantes contrarios? En realidad el mismo no era sino en director de la orquesta... y aunque acostrumbrado a las masacres que sufrian los cazas en cada batalla, el mismo no podria con el estupor de saber que mas del 80% de su flota fuera destruida a los primeros golpes. En ese caso, era tambien posible que los cruceros intentasen retroceder o buscar una solucion de escape y lanzarse al hiperespacio. Sinceramente, Marco Antonio Rodriguez volvia a lamentar la pinche indecision del consejo imperial, en no perseguir a los insurgentes mas alla de los limites del sistema, so pretexto de "no gastar mas recursos de los necesarios".

Pero al menos, si todo salia bien, sabia positivamente que les inflingiria un daño del cual les seria muy dificil a los rebeldes recuperarse. En especial, porque para ser sinceros esta debia ser por lo menos la tercera parte de la flota enemiga. ¿Porque tanto interes entonces, en atacar un mundo tan pequeño como Nebo? (Porque aun siendo cede de la guardia Imperial, esta no era mucho ejercito que digamos).

Sin embargo, no habia mucho tiempo para pensar en ello ahora... tenia que decidirse, o disparar a la nube en si (que podia bien errar el tiro) o disparar a uno de los pocos cruceros de punta (lo cual no seria en si tan mortifero). Al final se decidio y decidio dirigir cuidadosamente el blanquecino puntero hacia la nube, apuntando con mucho cuidado. El primer tiro tenia que ser perfecto, tenia que dar en alguno de los cazas o alertaria al resto de la flota que se pondria en desbandada. Ademas, que una vez que se hiciese el primer disparo, al Imperial no le quedaria mas remedio que descubrirse del camuflaje para reponer la energia del mismo y hacer otros tiros... suavemente... como un cazador... con ojo de tigre... presiono el gatillo debajo la consola...

- Cargas fuera!!!. -grito el Duque. Habian sido tres disparos en realidad, a distintos puntos de la nube y en rapida sucesion. - Las cargas impactaran en 12 segundos, y el enemigo esta a 6 UA´s de distancia. - indico la oficial antes mencionada... El hielo caliente en el sudor frio bañaba las frentes de la oficialidad... ocho... Y la estatica de las mentes traspasaba los espiritus inmoviles... cuatro... tres... dos... uno... y las almas con la piel se erizaron en un golpe... Todo el tiempo se detuvo en los seis segundos siguientes... todos los relojes parecieran entrar en la sucesion vortical de un magico agujero negro, al final del cual un enguecedor brillo blanquecino inundaba el puente y un grito de euforia se proyectaba en muchas gargantas.

- Hurra!!!! les dimos!!! Mamen esto cabrones!!!. - gritaron todos, incluido el respetable y honorable representante de la nobleza imperial. Un respiro de alivio se sintio en la sala, mientras un aire de paz se respiraba en los alrededores. Mas duro poco. Instantes despues, todo volvia a la habitual calma, e inclusive Su excelencia retornaba a su asiento de mando. Tomo un respiro inclusive antes de decir...

- Oficial de escaner, reporte de daños...
- Señor, el 95 % de los cazas estan inoperativos, de estos cerca del 70% han sido destruidos. Tenemos un campo de escombros enorme, y si me lo permite esto se va a convertir en un negocio muy productivo para las recicladoras alla abajo.
- Y los cruceros?
- Cerca del 90% acaban de volar al hiperespacio... sin embargo parece que los portadores y el resto de la flota estan en problemas para escapar debido a los escombros... iba a sugerir si los cazas pudieran...
- Eso ni se pregunta soldado. - respondio el Duque. - Oficial de comunicaciones!.
- Si señor.
- Digale a los de los portadores que lancen los cazas a eliminar a los que queden. Y recuerden... no quiero sobrevivientes.
- Asi se hara, excelencia.

La paz y la satisfaccion del trabajo bien hecho, colmaban de dicha la vieja sombra del admirable... no recordaba haber hecho tan buena labor en mucho tiempo. Probablemente le otorgarian otra medalla... ¿Cual seria esta vez? Derrepente le darian la Espada Negra, o quizas la del Guerrero de Kartum... puediera ser que inclusive ganase la medalla al Valor del Dragon o aun (quien sabe) la gloriosa y rarisima Aguila Imperial (de la cual recordaba, solo habian 38 sujetos que la habian obtenido a lo largo de los mas de 800 años del Imperio... )

Saco lentamente un puro de una vieja caja de madera. La madera ya casi ni se utilizaba, y francamente era un material de lujo, pero dada su fortuna personal podia darse esos gustos. Inclusive, mando a que trajeran varias botellas de champagne, mientras los oficiales reian e inclusive hacian chistes de lo sucedido. Todos estaban embriagadoramente contentos y esto habia que celebrarlo.

- Bueno muchachos. - profeso el admirable. - Un brindis por la victoria y por el Imperio.
- Larga vida al Imperio!!!. -contestaron las voces.

Estaban a punto de empinar la copa, cuando subitamente un grito de horror corrio por los pasadizos de la nave insignia, cual sombra erinnea que erizaba los pelos...

- NAVES DE TRANSPORTE!!! ATACAN NEBO!!!

Sin Titulo...

Caen las rosas a la piedra
y el rocio al nidar
las sombras al cuajar
de las nieves y el vacio.

Cae el oro al suerlo efigeo
gélido como un diamante
puro como el sol
dorado sin alcohol.

Verde esfíntereo,
bianco, de tonos darkos
Alegre corazón de sombras,
de tequilas, melodías,
cabalgando y trotando.

Mira la casa
la sala vacía
que negros los cuadros,
que oscuras las sillas.

Las sombras que miran
que gimen que lloran
que gritan, a los arboles
a los cantos, a los libros
las mesas
las flores
los lápices
las tintas
las hojas
las vidas.

Las vidas de aquellas almas
que lloran, que gimen, que rezan,
crepésculo, noche eterna.

A inmolar
al cuerpo que se va
quel que va al sacrificio
en el muro celestial.

Ay Ay besa ángeles
al sonido, hoy al silencio
de saber que ya no soy
esperanza ayer y hoy.

Un recuerdo, una canción
una salida, para poder ser
mañana nueva vida
como el canto y el aliento
de los gélidos fuegos
de un viento, de un ardor.

Sentiré que seco
sera solo como un lienzo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La maldición

Malditos sean todos los que lean esto
malditos sus casas, malditos sus hijos
malditos sus corazones, malditos sus pensamientos...

malditos sean los que conocen lo que es bueno
malditos los que gozan
malditos los que rien
malditos los que aman

malditos sean en el campo
malditos tambien en la urbe
malditos en caminos de vagancia
y tambien en sombras y locuras

Ciegos queden en cavilaciones circulares
sean todos ellos como el barro, como el polvo
sean tambien consumidos por la bala
y tambien quemados por el misil

Sean sus corazones rotos en amargura
la turbacion entre en sus almas
y desaparezca en ellos el encanto

Y diran... ¿Que fue de los dias gloriosos
en que no conociamos pobreza?
porque jirones tendran en la carne
la pus y la sangre mojaran en sus vestidos

Tambien lloraràn ese dìa
querran morir y no podran morir
mientras desfallezcan sus espaldas
bajo el dolor y la peste

Y nunca volveran a ser.

viernes, 11 de septiembre de 2009

DIVINIDAD

Un viento sopla fuerte
y chupa del alma el cielo
asi también como un miedo
que derruye lo humano que es cruel
como lo medroso y natural.

Es un dios de gloriosas palabras
con alas en las manos
y amor en los pies
el cual es ágape y maldición
y tal que cruzan los dedos
en el suplicio y en el mar.

O quizá en el agitamiento del color
con telas infinitas vistiendo.

Aunque y sin embargo, llora
y además canta el perdón
y si la piedad llega
es mítica y serena
y se parece al cantar de ojos marinos
que son muchos y no lloran,
saben a cal y huelen a acero.

Pero estan allí, son de ceniza
y de piedra pulida y estan allí.....

Y te aman en oscuro.

martes, 4 de agosto de 2009

Tercera Parte

La pesada puerta de argentum giro silenciosamente permitiendo su entrada. Definitivamente, el Sargento Ramírez es un genio, pensó Deveraux, mientras los cyborgs de guardia le veían con ojos obnubilados, síntoma inequívoco del hack proporcionado un par de horas antes. Sin embargo, era también cierto que nuestro príncipe tenia ya mucha habilidad en estos menesteres, en especial para no alertar a sus compañeros, (a quienes el genio de Ramírez no conseguiría hacer descuidar de sus puestos de guardia) los cuales podrían (y/o deberían) reportarle ante un superior si era pillado.

El que juega con fuego puede quemarse, (en especial porque la reinserción al cuartel requería mucho mas cuidado y habilidad que la evasión del mismo) pero ciertamente el suave aroma, las jugosas caderas y los tiernos labios de hace un rato valían ese riesgo.

¿Y cuantos riesgos mas, que incluso volvería y volvería a escaparse, y aun a dejarse azotar por el cruel relámpago azul del rayo neutrónico que sin marcar la piel podía producir el dolor de las llamas y los tormentos mas dolorosos, por probar una vez mas el sabor de ese cuerpo tan dulce en la cama? Ciertamente, el tiempo en la militar debía de estar afectando sus facultades perceptivas y de raciocinio para pensar de esa forma. Trato de zafarse de ese sueño de opio, tan dulce y tan peligroso a la ves, pero este volvía a cada instante, con mas fuerza e intensidad a estamparse en su mente, mientras sigilosamente se introducía en un estrecho rincón de sombra que ya proyectaba el sol betacetiano al caer en la penumbra de las 3 lunas de Nebo.

La sombra se hacia cada vez mayor, permitiendo a Deveraux moverse cada vez mas hacia en interior de la barraca. Y he aquí que comenzaba en si el problema mayúsculo... SOLO LE QUEDABAN DOS MINUTOS! Esta de más contar que tenía que actuar rápido. La puerta estaba sola y vacía... por lo que dedujo que el oficial a cargo, ya había sido llamado por el capitán de la guardia a formar filas, con lo que este llamaría por altavoz a los soldados a formar filas en pocos momentos.

Deveraux sabía lo que tenia que hacer. Con suma calma entro por la puerta frontal, con total naturalidad y una leve sonrisa en el rostro. Sus compañeros, aun en descanso, roncaban a pierna suelta en la breve hora de descanso reglamentario. Hacia ya mas de 4 horas que había salido, apenas comenzó la guardia anterior de la teniente Meryl después de pasar lista (la muy ciega ni se tomaba la molestia de contar a sus hombres después... además, algunos de sus compañeros de barraca que de tanto en tanto hacían lo mismo, colaboraban a su evasión).

De allí, el descanso de una hora, tras lo cual debía estar en la barraca puntualito; "como si nada hubiera pasado". Deveraux hasta se sintió satisfecho del trabajo bien ejecutado. Habia una suerte de autosatisfaccion interna, algo que le hacia elevarse hasta las alturas hasta sentirse invencible y capaz de todo. Miraba entonces con mirada distraida, los cuerpos inermes de sus compañeros cual morsas tiradas en la playa de los estruendos. Estruendos, como el del corneta, cuando este anunciara con un minuto de antelacion, a la cachacada a formar filas. Estruendos, que no dejaron de cumplir su trabajo en cuanto toda aquella masa informe de musculos, de piel, de carne, de hueso y de almas marchitas bajo los brazos de morfeo, que es hermano de la muerte, surgieron subitamente del fango de la pesadumbre y el opio de la calma vespertina, para convertirse en un ser sumamente disciplinado que actuaba bajo una sola voz y bajo una sola orden, como un solo cuerpo.

Terminaban para entonces de ponerse algunos sus uniformes ( Deveraux ya lo llevaba puesto, por razones anteriormente explicadas ), mientras otros en silenciosa procesion se dirigian al patio. El príncipe, ya mas terreno que celeste en aquel momento, dejo balancear el peso de su cuerpo suavemente hacia la puerta, con un trote ligero y uniforme. Hasta se sentia bien al trotar junto con sus demás compañeros, en esa suerte de familia que había formado la camaraderia.

Hasta pensó en lo que había ocurrido hace un rato al mirar a uno de los droides, recientemente reactivado; que observaba tras sus ojos de diamantes labrados como maestro labrador no lo puede hacer, ni mano alguna imitar al cumulo humano que salía de la barraca, en pleno orden y disciplina dirigirse al patio a las practicas. El cyborg lo miro de una manera particular, y se sintió algo incomodo al respecto. Sabia que los droides podían ejecutar programas de autorreparacion si no eran debidamente desactivados, como lo recordaba una triste experiencia varios meses atras.

Sabia también, el castigo por evadirse de semejante manera... mejor dicho, todos lo sabian, y es que el flujo neutrónico que no dejaba marcas en la piel, ni huesos quebrados, ni musculos henchidos, podía sin embargo quebrar en mil pedazos los nervios de cualquier ser viviente al que se le colocara en demasiada potencia y por algún tiempo extra al establecido. Recordaba claramente el dolor producido por aquel cruel rayo de color violeta, (aunque no fue precisamente por evasión el motivo o mejor dicho la circunstancia de la prueba) aquella sensacion de quema intensa en la piel, la sensacion de que va a desprenderse en un momento dado de la carne hacia la fuente del flujo. Y aunque el flujo estaba catalogado como método de tortura, eso era letra muerta y muchas veces, los oficiales monitores olvidaban los palos y latigazos y empleaban este método, con no pocos muertos. Recordaba también una tarde, cuando todos salieron al patio y el estaba formado (todos ya lo estaban) en primera fila, en frente del teniente Del Piero.

-Soldados!!! -grito la voz tronadora y potente voz del superior, en un tono claramente amenazador, el cual como cuchilla vibratoria cortaba en mil el valor y la moral de los subalternos, haciendoles temblar de angustia, especialmente los novatos. -Hoy día, la academia militar de Shakam, ha sido testiga de un acto excecrable y odioso, digno de un delincuente. Hizo una pausa, mientras observaba el efecto de sus palabras en la soldadesca. Mientras mas miedo infundiera, mejor. -Hoy, a las 1300 horas he sido llamado por el encargado de seguridad, el cual me mostro con sumo desagrado como uno de uds., al que tenemos plenamente identificado, burlo la seguridad después de hackear una de las terminales de la base, desactivar a varios de nuestros droides de vigilancia para después escaparse del cuartel como un cobarde, seguramente al encuentro de su mamita. Y aquí sabremos muy bien que castigo darle.

Llamo inmediatamente a uno de los tecnicos, le susurro algunas palabras y este fue le entrego un emisor holografico en donde, tras transmitirlo al peloton, se pudo observar claramente la imagen de un hombre de buena estatura, amplios hombros y rubia cabellera escabullirse por la puerta que el mismo principe acababa de utilizar hace algunos momentos apenas. Su rostro mostraba la preocupacion, y amplias arrugas en su frente mostraban publicamente su estado animico. Llevaba en sus manos una especie de jammer, con el cual había hackeado la terminal de vigilancia.

Sin embargo, habia olvidado dejar encajada la parte superior del aparato, que formaba una "V" del tamaño de un puño, en el punto de conexion del droide con la terminal o mejor dicho, con su emisor hiperespacial. De esa forma, el droide jamas podria grabar nada de lo que viera y/o autorrepararse.

Tras la emision del filme, Del Piero indico rapidamente a dos subalternos, que trajeran al prisionero. Este fue colocado en el poste de castigo, mientras el peloton entero le observaba impasiblemente. Habia, sin embargo, un aire de incertidumbre acerca de lo que iba a suceder. El flujo solo lo aplicaban en torturas, asi que no era eso lo que se sospechaba. Quizas de algunos cuantos palos y un par de semanas de arresto solucionarian la cuestion. Tambien algunos latigazos solucionarian la cuestion (aunque en ese caso, era tambien de costumbre que cada miembro del escuadron le diera uno, por orden superior, con lo que importaba muchisimo la popularidad de la victima a la hora de recibir el castigo).

Pero lo que entonces vieron sus ojos, era algo que no habia sospechado que sucederia. O quizas si, pero que deseaba evitar en el pensamiento. Uno de los tecnicos extrajo de su bolsillo un pequeño aparato con forma de manopla, que encajo perfectamente en el puño de Del Piero. Este, con un placer insano en sus ojos y una sonrisa de oreja a oreja, probaba el flujo azul contra la madera del poste. Ciertamente aquella expresion maldita y enferma de su rostro le recordaba a las bestias koba, cuando de pequeño excursionaba con la guardia imperial en Sirus. Una de esas bestias llego a sorprender a uno de los guardias, y mientras el acido escupido por la misma le derretia el rostro, la carne, y las manos hasta el hueso al pobre hombre. Las garras empezaban a desollarle vivo. Afortunadamente para el (y desafortunadamente para el monstruo), la tendencia a torturar a su victima y los gritos del guardia llamaron la atencion del resto de los acompañantes que atomizaron al animal con sus rifles de plasma. Despues supo que el hombre sobrevivio pero con horribles secuelas psicologicas, que a la larga le costaron su puesto en la guardia.

El flujo comenzo a subir lentamente por la espalda del condenado. Mientras los nudillos se ajustaban en el gatillo, el relampago azul hacia su trabajo arrancandole no pocos gritos al torturado. Subia este por en medio de la columna, zigzaguenado de cuando en cuando, cuando en ello, mientras estaba ya en la nuca empezo a orientarse a la sien.

Deveraux intuyo rapidamente lo que sucederia. Le dejarian el rayo en la sienes, quemando directamente el cerebro, porque ya no habria mas a donde subir. Y no pudo mas. Aquella infamia, no podia ser tolerada mas en los ambitos del Imperio, y no solo porque fuera el sucesor al trono ( y representante por ende del sol y la justicia Imperial ), sino tambien por principios y moral propias. Peor aun, con la cara sinica y sonriente del Teniente, el cual apenas llegase al trono mandaria inmediatamente a esclavizar a las minas. Tal era la ira que afluia en el rostro del heredero, tal la colera, tal la rabia, tal el desprecio que se dibujaba en aquel bello rostro, que no hacia mas que representar fiel y dignamente el impetud inquebrantable e invencible de la casa de Real de los Sarmiento.

Avanzo unos pasos con saltos bastante veloces, rompiendo filas y adelantandose. Del Piero, dandose cuenta de la intencion, giro el rayo en intencion a el, en tono amenazante. Iba ya a levantar la voz, pero habia algo que lo detenia. Como un extasis de quien se queda contemplando como la mar rompe hacia uno, en inmenso tsunami inminente. Deveraux salia muy bien de dicho efecto, y se propuso aprovecharlo dando un paso mas y llegando a patear, primero el aparato de tortura, y despues el rostro del teniente en la circular, haciendole rodar por tierra.

En toda la fila empezo un gran extasis por lo sucedido. !Pelea!, !Pelea!, gritaban mientras el cruel teniente se ponia en sus flancos y mandaba una orden impidiendo a sus allegados a detener a aquel intruso. - De este me encargo yo! - dijo con una quasi satanica expresion. Sin embargo, su orgullo habia hecho que rompiera la primera maxima militar en un combate: "Nunca te enfrentes a alguien, sin antes conocerle bien", cosa que pago muy caro. Deveraux, como todo aquel nacido en cuna real, habia sido entrenado en las artes de combate imperiales desde que era un niño, mientras que del Piero, solo por algunos años en la escuela militar. Estaba Deveraux a punto de terminar la paliza, cuando el flujo azul que antes habia visto destellar, atacaba su espalda, poniendole de rodillas. En eso, una voz algo mas suave que la del teniente monitor, pero ciertamente mucho mas temible retumbaba en los oidos de todos.

- !Que pasa aca! - grito en el vacio la voz que todos conocian. La del capitan de la guardia, Michellin Dugallier.

Rapidamente, todo el mundo fue a formar filas. No habia mucho tiempo para desagradar a quien todos temblaban aun con la mencion de su nombre. El era la mente siniestra, el espectro oscuro que programaba los castigos, el rigor, el que quitaba las raciones de sueño y comida, reemplazandolas por durisimos ejercicios cada vez mas agotadores.

En ese momento Del Piero, que empezaba a incorporarse, quiso pronunciar algunas palabras ante el capitan de la guardia, pero este le detuvo con una seña.

- Del Piero. - dijo calmada pero firmemente el capitan - Reportese a mi oficina ahora mismo... y Ud. tambien soldado. - dijo dirigiendose a Deveraux con un imperceptible aire de preocupacion y pena - Tambien lo quiero en mi oficina.

La oficina era de color azul celeste, muy bien decorada con algunas piezas labradas en madera, obra de eximios carpinteros, ciertamente habian demorado mucho la contruccion de dichos adornos, quizas hasta mas que las misma oficina. En especia porque al Duque de Berkana, Lord de Nueva Mirage, Caballero del Imperio, Marques de Luxenitas, Capitan de la guardia imperial de Ciudad Shakam en mundo Nebo, y por ende jefe de las operaciones militares en el sistema de Tau y Uv ceti le encantaba vivir con estilo, sin importar en donde estuviese. Tal era el estilo de vida de un noble. Noble que por cierto, se habia ganado el titulo a punta de merito y esfuerzo, por sus grandes servicios a la casa Sarmiento. Mas en aquel momento, no habia tiempo en contemplar demasiado aquellos cachivaches. Habia un cargo muy serio en contra de Deveraux, por atacar a un oficial y el lo sabia muy bien. Meditaba en el castigo que le pondrian, mientras Dugallier cedia con una seña el permiso del habla al teniente.

Del Piero en la oficina, se quejo durisimamente de la "deshononorable" y "deshonrosa" conducta del que ignoraba seria su proximo gobernante. Propuso se le diera de baja tras una buena dotacion de palos y demas castigos. Dugallier lo escuchaba distraidamente mientras miraba un viejo cuadro de unos caballos corriendo por la llanura. - ¿Oiga, Ud. cree que yo soy cojudo verdad? - interrumpio bruscamente el Duque. - Pe, pero Señor... - balbuceo Del Piero - Ya deje de hacer teatro. - interrumpio nuevamente el capitan Dugallier - Se ve todo desde mi oficina, y vi yo perfectamente como Ud. en clara ruptura de las normas y abusando de su autoridad, empleo un instrumento de tortura en forma visiblemente desproporcionada al castigo. Casi mata a ese hombre, y si yo estuve en el campo en aquel momento fue para impedirselo. De no haber sido por aquel soldado... ah si, Deveraux, Ud. hubiera matado a aquel muchacho. Sera por tanto sujeto a una corte marcial, en fechas que estipulare en los proximos dias. - hizo una pausa para continuar - Ahora, salga de mi oficina y Ud. Deveraux quedese que tengo asuntos que arreglare personalmente con Ud.

Del Piero se despidio respetuosamente, mas con un respeto que evidenciaba el temor y el acontecer de lo inefable. El pobre hombre ni sospechaba la incursion de asuntos gubernamentales en la sentencia. Apenas el teniente cerro la puerta y se alejo un poco, Dugallier, cambiando totalmente su expresion hosca en una sumamente amable, se dirigio al principe con gran cortesia arrodillandose ante el.

- Oh Alteza, no debio haber hecho eso. -dijo con un tierno tono de voz - Piense en el peligro y los riesgos que su accion reciente acaba de implicar, si no hubiera llegado yo, hasta podrian haberle torturado. ¿Y quien hubiera podido resistir la ira del emperador, quien?.

- Mire Ud. señor de Berkana.- respondio el Principe. -Que mi intervencion aunque riesgosa e inopinada, no era mas que la justa expresion de la justicia imperial... con la cual supongo que no estara en desacuerdo, ¿Verdad caballero?. Esas palabras, provocaron un efecto quasi magico en el Duque, el cual se retracto inmediatamente en juramentos de lealtad al Emperador.

- Principe Juan Carlos... -expreso el Duque el cual, solo por la privacidad entre ambos utilizaba el verdadero nombre Imperial y no el pseudonimo de Deveraux al cual habia ya terminado nuestro principe por acostumbrarse. - Tengo de conocimiento que su Alteza es una de las persona mas bondadosas en este lado del universo; y que como tal le deben de haber chocado ciertos metodos en la militar... pero recuerde que es menester que permanezca aqui, no tanto por su entrenamiento que podria realizarse de otras formas, sino tambien por su seguridad. Existen gran cantidad de asesinos que estarian dispuestos a vender su alma con tal de tener una sola oportunidad de pegarle un tiro. Tal vez no lo sepa, pero el clon que le reemplaza ha sufrido ya dos intentos de homicidio.

Juan Carlos sopesaba en mente el efecto e influjo de dichas sentencias. Despues de todo, el tambien como futuro soberano debia por lo menos colaborar con su propia seguridad y quizas Dugallier tuviera razon. Con todo, se despidio poco despues del Capitan, no sin que este antes le diera un castigo simbolico de un par de dias de arresto, para que no cayeran serias sospechas sobre quien era. Al regresar a la barraca, vio sentado a aquel hombre a quien acababa de rescatar, aun con los rezagos de la experiencia sufrida. Despues de una breve conversa con el, jamas olvidaria como tendia las manos debilitadas del Sargento Ramirez.

Los recuerdos trocaban a su fin, mientras regresaba su mente al presente. El oficial a cargo habia ordenado ya las practicas de tiro, y le tocaba partir nuevamente junto a su regimiento.

MUNDI CLAUDIUS

Si el hombre viviera en algo menos que una piedra
donde habitaria su corazon?

Y si el mundo con sus manos y cabezas no girase
donde habria lugar para el neonato liberto?

Quiza si pudieramos contener
nuestro puños con nuestras cabezas
habria un mejor sitio para que las ovejas pasten
y tambien para que los leones rujan.

O tal ves si nos olvidaramos un momento
de la fantasia de que somos dioses
y bajemos nuestras cabezas con las cabras
y nuestros labios con los terneros,
beberiamos agua dulce de la buena fuente.

Pero no es verdad
puesto que el mundo
es menos que la piedra viviente
en la cual los pies frios
y las esperanzas calientes
posan su ser y su existir.

Y ya que esto es ansi
donde habita su corazon?

No sera acaso en un prado?
O en el eden desposeido?

Pudiera ser que en la prision
y que tuviera por compañeros
a barrotes de llamas, agujas y cemento.

Pero se que es en la nieve
y se enfria despacito, es corazon y no late
es alma y no sueña, es espiritu y no siente,
es como puño que no cierra
y armazon que no protege.

Por ello y por el corazon
Nos persigue la quimera
destroza tambien nuestras carnes
y no deja hueso unido a su coyuntura.

Corazon, donde estas?
Que se sepa que nosotros te lamentamos
con sangre y sin gemidos.